"Life in Cartoon Motion". Así se llama el disco que me regaló Laura. Mika es el chico que lo canta. Laura me dijo que Mika canta muy bien y que sus canciones esperanzadoras siempre le levantan el ánimo. Me propone que lo ponga en el auto a todo volumen camino a casa. La portada del disco da más gay que psicodélica. Se lo digo a Laura y se enoja. Se enoja tanto que se pone a llorar diciéndome que soy un conservador y un homofóbico. El mismo homofóbico de siempre.
Decide bajar del auto diciéndome que se cansó de mi y que no quiere verme más. Nunca más.
Llora tanto que no logra desabrochar su cinturón de seguridad. Desabrocho el mío y la ayudo a desatarse sin ninguna animosidad de impedir su descenso. Sale del auto gritando que soy una bestia sin corazón, que al final nunca cambié y que su madre tenía razón. Cierra la puerta depositando toda su fuerza en el brazo derecho y sale corriendo.
La miro sin atisbos de ir a buscarla. Sabía que esta vez sí era el final, que de alguna u otra manera me lo merecía, y que todos mis errores fueron detonados por un comentario acerca de este libanes atrapado en una juguetería.
Enciendo el auto y parto hacia casa. Me detengo en un semáforo y miro el disco. Los colores de la portada me atrapan. Mi conciencia me grita "pon el disco!, pon el disco!".
Al siguiente semáforo lo abro y lo pongo para levantar mi ánimo destrozado por la pelea con mi actual ex-novia. Confundido solté el volante buscando que las esperanzadoras, alegres, y poderosas melodías me atrapen y pulsé play en el Track 11:
Decide bajar del auto diciéndome que se cansó de mi y que no quiere verme más. Nunca más.
Llora tanto que no logra desabrochar su cinturón de seguridad. Desabrocho el mío y la ayudo a desatarse sin ninguna animosidad de impedir su descenso. Sale del auto gritando que soy una bestia sin corazón, que al final nunca cambié y que su madre tenía razón. Cierra la puerta depositando toda su fuerza en el brazo derecho y sale corriendo.
La miro sin atisbos de ir a buscarla. Sabía que esta vez sí era el final, que de alguna u otra manera me lo merecía, y que todos mis errores fueron detonados por un comentario acerca de este libanes atrapado en una juguetería.
Enciendo el auto y parto hacia casa. Me detengo en un semáforo y miro el disco. Los colores de la portada me atrapan. Mi conciencia me grita "pon el disco!, pon el disco!".
Al siguiente semáforo lo abro y lo pongo para levantar mi ánimo destrozado por la pelea con mi actual ex-novia. Confundido solté el volante buscando que las esperanzadoras, alegres, y poderosas melodías me atrapen y pulsé play en el Track 11:
La portada del disco de Laura. Nunca me llamó para reclamarlo.
muy buen post, saludos :D
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